lunes, 5 de agosto de 2013

El infierno es acá al lado.

Doña Elsa esta nerviosa.
Desde hace días su siesta se ve interrumpida por pesadillas. Dado que solo se come media pastillita a la noche, la tarde es la única hacedora de sueños. O lo era.
Sueña que esta con su marido caminando por la plaza, tomados de la mano y riendo como dos jóvenes de 70 años. Pero de pronto, su nieto Lucas esta sentado en un banco, con la camiseta de Peñarol, fumandose uno.
Doña Elsa se despierta con palpitaciones. Al mismo tiempo que el graph de la tele dice: ¨Se debate la legalización de la marihuana en Uruguay¨.

Cómo y cuándo Uruguay se transformó en el infierno?. En que momento esa gente matera y adicta al vo´ pensó que era buena la idea de acuñar esa herejía a su vida cotidiana?. Cómo es posible, que se permita a la gente plantarla en sus casas y envenenar el ambiente con ese verde fluo y perfume a orgía de risas?.
Dios no permita que Luquitas, su nieto de 20 años y futuro contador, que tenga la mundana idea de vacacionar en Uruguay en el verano!! Ni mucho menos casarce con una Uruguaya. Seguro que ahora que van a poder drogarse van a llenarse de pestes!!. Habría que amurallar el río.
Doña Elsa esta conmovida. Y justo ella!, que es la primera que se da cuenta cuando ve un drogo en la calle y poner de aviso a quien la acompañe o le pase cerca. Cuidado con ese Sergio eh!, le dice al pasar al kioskero. Ella lo sabe, se dio cuenta. Le vio esa mirada perdida. Vio como saco un papel del bolsillo para ver una dirección, lo leyó, lo doblo y lo guardó nuevamente. Para a los 3 pasos, repetir la misma rutina porque se olvidó lo que había leído. Porque estaba endrogado.
Y que decir de esos que se suben al colectivo ¨perfumados¨?. Je! hijos de puta! Seguro que vienen o van a violar a alguien. No sin antes fumarse su ¨porrito¨. En su época podría haber hecho parar el colectivo y hacerlos detener por el agente. Pero ya no. Ahora el infierno no era abajo, era alrededor.
Un día vio a un ser humano (o casi) que podría haber sido su hermano menor. Un hombre grande, de unos, 55 años, caminando con una tipa, ambos con casacas de rock y fumando eso por la calle. Símbolo claro de la manzana que pudre el cajón. Malnacidos.
Doña Elsa esta desahuciada. La oración tampoco la consuela ya. Sabe muy bien que Dios puso esa planta en la tierra para hacerle saltar la ficha a los pecadores.

Pero la realidad es que Doña Elsa vive en muchos barrios. En diferentes lugares de este país tenemos a Doña Elsa pensando en blanco y negro. Doña Elsa inclusive a veces, fuma marihuana. Y potencia ese pensamiento pelotudo. Y se manda cagadas.
Doña Elsa vive en un país medio estancado. Con luces de led y hábiles jugadores de futbol. Con una recontra ciudad tecnológica llena de bicisendas y guiños europeos para que podamos vivir con el dedo en el culo pero admirando el paisaje.
Me acuerdo del flaquito del noticiero cuando quería largar todo para ir corriendo a ver a los Stones. Acababa de vanagloriar su argentinidad porque los Stones están por hacer el show 28 en River. Decía que si fuese por él agarraría las Topper y saldría ya para verlos, porque los ama. Porque es cool. Pero la semana anterior mostraba y juzgaba de hereje a un flaco en traje, sentado en la plaza, fumando marihuana.
Capaz ese flaco, que por 15 minutos dejo de facturar para otro, se estaba fumando un medio porro que le regalo un compañero. Sin saber que el de las noticias lo iba a casi comparar con un sicario de la ETA. A veces intentan que veamos una escopeta en vez de algo de 4 cm que larga humo y tienen olor a.....flor asada.

Hoy Doña Elsa esta temblando.
La acabo de ver pasar muy preocupada. Se acaba de enterar de que Fernando, su portero nuevo, es uruguayo.
Me saluda y yo la saludo, y le mando saludos para Luquitas. Me encantaría decirle que los cogollos que me regaló su nieto están de puta madre. Pero la mataría del disgusto.

La Cresta.